Carlos Chuez se desempeñó de manera empírica en su juventud como barítono y aunado a esa pasión por la música, en una ocasión que su hijo menor Enrique Chuez en aquel entonces pre adolescente (año 1992), recibió como obsequio para su cumpleaños un pequeño teclado, que al final su papá quedó encantado como un niño tocando el instrumento y de allí despertó su interés y pasión por interpretar canciones desde el piano, logrando así adquirir teclados más profesionales y desempeñarse como pianista y compositor musical empírico.

Durante esa trayectoria surgió su composición musical Fantasía Sinfónica Punto en Azul en tres movimientos, la cual fue optimizada por el difunto profesor y músico panameño Fermín Castañedas, y años más tarde fue interpretada por la Orquesta de Cámara de la Universidad de Panamá.

Primer Movimiento

Segundo Movimiento

Tercer Movimiento

Pieza musical inspirada y dedicada a una de mis mascotas: una perrita querida que se llamó Negrita.